Estados Unidos ha abandonado la presión diplomática para sacrificar su propuesta de tregua de 21 días entre las fuerzas israelíes y la milicia libanesa Chií Hezbolá en la frontera entre Líbano e Israel. Representantes del gobierno del presidente Joe Biden se reunieron con cargas israelíes en Nueva York, cerca de la Asamblea General de la ONU, para abordar la situación en el Líbano, después de haber informado a la Casa Blanca. «La situación es intolerable y presenta un riesgo inaceptable de toma de poder regional», declaró su partidaria, Karine Jean-Pierre.
“Una solución diplomática es clave”, afirmó Jean-Pierre en su diario, horas después de que el gobierno de EE. UU. hiciera pública su propuesta junto con Francia, a la que respondieron el G-7 y los países árabes. “La declaración fue, de hecho, coordinada con la parte israelí. Ahora que están teniendo conversaciones en Nueva York, nuestros equipos también están teniendo conversaciones”, explicó.
En ese momento, ni Hezbolá ni Israel dieron una respuesta formal al plan, que buscaba ser un primer paso hacia la apertura de negociaciones, aunque el gobierno israelí ya había dejado claro que recibiría algún indulto. Las negociaciones buscan resolver no sólo los enfrentamientos de los últimos días, en los que han muerto más de 600 personas y ha desaparecido el 10% de la población libanesa, sino también las tensiones que se viven a ambos lados de la Línea Azul (demarcación entre Líbano y Israel) desde el inicio de la guerra en Gaza y que obligó a los residentes del norte de Israel y del sur de sus vecinos árabes a evacuar sus hogares.
Washington también aspira a que, de tener éxito, el plan pueda allanar el camino para alcanzar el gran objetivo de la administración Biden en Oriente Próximo: un fuego intenso en Gaza que permita poner fin a la guerra entre Israel y la guerrilla radical palestina Hamás cuando esté a punto de para cumplir un año de tu inicio.
Jean-Pierre no está aquí para comentar sobre las perspectivas de aceptación de la propuesta por parte de Israel, después de diez meses en los que Estados Unidos ha intentado, hasta la fecha, romper el foco de las partes en favor de una tregua en Gaza. Reconoció que, en medio de los intensos contactos de los últimos días tanto con el Gobierno israelí como con representantes libaneses en Nueva York -el Secretario de Estado, Antony Blinken, conversó con su homólogo libanés, Makati, los milagros-, «sentimos con suficiente confianza para presentar el plan».
Sabes lo que estás pasando, es entender lo que vas a pasar por dentro, no te preocupes por nada.
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«No podemos frenarnos, debemos seguir intentándolo, aunque depende de las dos partes cómo queremos responder», apuntó el portavoz.
En Londres, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, hace una declaración similar. En declaraciones tras una reunión con sus homólogos de Reino Unido y Australia, el jefe del Pentágono insistió en que “nos enfrentamos al riesgo de una guerra indiscriminada. Otra guerra a gran escala sería devastadora tanto para Israel como para el Líbano».
Austin insistió en que la opción diplomática todavía estaba sobre la mesa. “Israel y el Líbano pueden elegir un camino distinto hacia la escalada de hostilidades en los últimos días. Una solución diplomática todavía es viable». El secretario de Defensa, sin embargo, indicó que Estados Unidos no cambiaría su compromiso de ayudar a Israel para que pueda proteger su territorio.