Es difícil creer que solo ha pasado un año desde que los viajeros comenzaron a incursionar en los itinerarios creados por ChatGPT. Este año traerá aún más experimentación e innovación. «La IA es como un pasante adolescente», dijo Chad Burt, copropietario de la red de consultores de viajes Outside Agents, «mejor, más inteligente y más rápido que tú, pero tienes que guiarlos».
El uso cada vez mayor de la inteligencia artificial podría influir en cómo reservamos en línea, qué sucede cuando se cancelan o retrasan vuelos e incluso cuánto pagamos por los billetes.
“En 2024 veremos una nueva generación de agentes de viajes inteligentes basados en chatbots”, afirmó Oren Etzioni, profesor emérito de informática de la Universidad de Washington. Esto significa que los viajeros comenzarán a interactuar con sitios como Airbnb, Expedia y Priceline escribiendo preguntas además de marcar casillas para buscar alojamiento, restaurantes y servicios como piscinas.
La inteligencia artificial también impulsará lo que sucede detrás de escena en aerolíneas y aeropuertos, dijo Gilbert Ott, director de asociaciones de Point.me, que ayuda a los viajeros a encontrar vuelos para comprar con puntos de recompensa. Por ejemplo, podría mejorar el cambio automático de reservas en nuevos vuelos cuando los clientes pierden conexiones o ocurren problemas climáticos. pendientes. En United Airlines, por ejemplo, un software más inteligente puede ofrecer opciones de cambio de reserva y emitir vales de alojamiento y comida cuando se cancela un vuelo, en lugar de simplemente volver a reservar un vuelo.
En el campo, el software de inteligencia artificial podrá abordar más decisiones tomadas por humanos, como cómo reposicionar de manera más eficiente los carros de equipaje y el personal en respuesta a conexiones estrechas o retrasos en los vuelos.
En última instancia, los sistemas de inteligencia artificial entrenados en conjuntos de datos más grandes y actualizados permitirán que los algoritmos dinámicos de fijación de precios de boletos de las aerolíneas utilicen mejor datos como pronósticos meteorológicos y búsquedas de clientes para cobrar tanto como sea posible sin dejar de cargar los aviones. Al mismo tiempo, empresas como la agencia de viajes online Hopper, que afirma utilizar 70 billones de puntos de datos en su modelo de predicción de precios, continúa resolviendo el problema desde el otro lado, en una especie de carrera armamentista impulsada por la IA entre aerolíneas y clientes.